En India no celebramos la Navidad de manera tan grandiosa como en otros países. No obstante, disfrutamos del espíritu navideño. Muchas personas decoran sus hogares, decoran los árboles de Navidad y hornean dulces. Recientemente, tuvimos una fiesta de Navidad en la oficina, donde hicimos un Santa Secreto. A cada miembro del equipo se le asignó un “Santa Secreto” de antemano, y el día de la fiesta pusimos algo pequeño para esa persona debajo del árbol de Navidad. Nos divertimos mucho.

El equivalente hindú de la Navidad es Diwali, que celebramos en otoño. Durante este colorido festival, intercambiamos regalos, usamos ropa nueva y le rezamos a la diosa de la fortuna. Por lo tanto, para los no cristianos, la Navidad es un momento para relajarnos, caminar por los centros comerciales, ver películas o incluso irnos de vacaciones. Eso es exactamente lo que mi esposa y yo hicimos el año pasado. Fuimos a un lugar llamado Pondicherry en el sur de India. Desayunamos en lindos cafés, leímos unas pocas páginas de un libro, visitamos una iglesia y fuimos a caminar por la playa. La Navidad para nosotros también es un momento para pasar con nuestros seres queridos.

El día anterior a la Nochebuena se cocina y se hornea todo el día. Mis abuelas, mi madre, mi tía y yo pasamos tiempo en la cocina preparando platos tradicionales para la cena de Wigilia. Me encantan las bolitas de masa, el pescado, el borscht (una sopa tradicional) y los deliciosos postres como el pastel de semillas de amapolas y el pay de queso. Tradicionalmente, bebemos compota, una bebida hecha con fruta disecada, que en nuestra casa se sirve únicamente una vez al año en Navidad.

En Nochebuena, cocinamos los platos finales y ponemos una mesa festiva. En Polonia, ponemos un plato adicional para simbolizar al “invitado inesperado”. Esto simboliza la hospitalidad, la generosidad y la unidad. Es un hermoso recordatorio de los valores de amabilidad y sinceridad que representa a la temporada.

La fiesta de Wigilia comienza al final de la tarde, al momento del atardecer. Las primeras estrellas en el cielo nos recuerdan la Estrella de Belén y proclaman el inicio de las festividades. Antes de la comida, rompemos el oplatek, una oblea delgada, e intercambiamos sentidos deseos. Este es un ritual importante para mi familia. Luego, servimos la comida festiva, que consiste en doce platos sin carne, que representan a los doce apóstoles.

Después de la cena, nos juntamos para cantar villancicos de Navidad, que todos disfrutamos. Luego llega el momento que los miembros más jóvenes de la familia han estado esperando ansiosos: ¡los obsequios! Los regalos que han estado debajo del árbol de Navidad se entregan y se abren entre la familia.

El día de Navidad, así como también el día después de Navidad, es la oportunidad perfecta para visitar a los amigos y a la familia extendida. Comemos y hablamos, y aprovechamos la oportunidad para salir a caminar al aire libre. Desafortunadamente, no ha habido mucha nieve en mi vecindario el último año. Y poco después de la Navidad, el paisaje en Polonia se tiñó de blanco después de todo.

No decoramos un árbol de Navidad tradicional, pero tenemos un árbol de madera que decoramos con varios muñecos de peluche y muchos chocolates. Los adornos del árbol de Navidad cuelgan en nuestras ventanas y agregan una atmósfera festiva.

El año pasado, nuestras festividades comenzaron el 23 de diciembre. Esa noche, se disfrutó de la primera comida de la festividad después de muchos preparativos durante el día. También invitaron a la abuela de Mauro, y ella trajo los primeros obsequios para los niños.

El 24 de diciembre siempre es el día destacado. El año pasado, el día comenzó con un suntuoso brunch, seguido de mucho tiempo para que los niños jueguen, y luego, más preparativos para la noche. Mis suegros se reunieron con nosotros en la tarde para celebrar. No tenemos horarios particularmente estrictos, porque los dos niños requieren un poco de flexibilidad. Con ambos abuelos, así como también tíos y tías en el lugar, los niños estuvieron siempre ocupados, y todavía quedaban suficientes manos para ayudar en la cocina.

Al final de la tarde, nos reunimos para un aperitivo y se abrieron los primeros obsequios. Los juguetes nuevos de los niños fueron puestos a prueba de inmediato. Esto fue seguido de una comida festiva y suntuosa. Disfrutamos la noche como una gran familia, y después de mucho jugar y hablar, finalmente los niños se acostaron. Cada año, el 24 de diciembre es un día verdaderamente satisfactorio.

El 25 de diciembre fue más tranquilo pero increíblemente acogedor. Para terminar las fiestas, nos invitaron a cenar a la casa de mi madre el 26 de diciembre.

En México, la Navidad se celebra el 24 de diciembre junto con los familiares más cercanos. Yo la celebro con mi familia en la casa de mis abuelos; junto con tíos, tías, primos y primas. Recientemente se sumaron sobrinos y sobrinas a la familia.

Toda la noche se dedica al nacimiento de Jesús. Es muy importante para nosotros expresar nuestra gratitud por todos los sucesos positivos que vivimos durante el año. Por eso comenzamos la noche con las piñatas. Las piñatas son coloridas figuras de papel maché. Están llenas de dulces, cuelgan de una soga y se las golpea con un palo. ¡Es divertido para niños y para adultos! De acuerdo con la tradición, las piñatas simbolizan los siete pecados capitales, razón por la cual tienen forma de estrella con siete puntas en Navidad. Cuando las golpeas, tienes los ojos vendados, lo cual simboliza que la fe supera los pecados. Los caramelos o la fruta dentro de la piñata representan las bendiciones de Dios.

Más tarde, nos juntamos a rezar y a cantar alrededor de la estatuilla del Niño Jesús. A continuación, se intercambian regalos. Ya que somos 20, esto puede tomar un tiempo. Al final de la entrega de regalos, se distribuyen “aguinaldos”, pequeñas bolsas con dulces.

En nuestra familia, cocinamos para los seres más queridos con el fin de demostrarles que los amamos. La cena de Navidad es una parte importante de las celebraciones, y todos aportan algo. O cocinamos juntos, o cada familia trae un plato o se le asigna una tarea. Nuestra comida navideña comienza cuando damos gracias por poder pasar otro año con la familia. Los platos tradicionales de Navidad incluyen los siguientes: pata de cerdo picante (todo tiene que ser picante en México), pasta, ayocotes, chile chipotle relleno con queso de cabra, pan, ensalada de manzana, bacalao, ponche y postres. Es importante que siempre sobre algo de comida, ya que nos volvemos a encontrar el 25 de diciembre para pasar incluso más tiempo juntos y comer sobras. A esto lo llamamos “recalentado”.

El año pasado celebramos la Navidad a pequeña escala. No sólo mis padres, sino ahora también mis suegros viven en Croacia y recibieron la visita de nuestros hermanos. Entonces, nuestras celebraciones de Navidad comenzaron la mañana del 24 de diciembre. Pusimos un vaso de leche y 2 o 3 galletas caseras para Santa y unas pocas zanahorias para los renos. Luego comenzó la espera. Para nuestras hijas, esto se endulzó con la visita de sus dos madrinas. Los obsequios que trajeron se abrieron y se empezaron a disfrutar de inmediato. Pero, por supuesto, las más chiquitas miraban todo el tiempo la sala de estar para ver si Santa ya había pasado por ahí y traído los obsequios “correctos”.

Después de que las dos madrinas se despidieron al final de la tarde, mi esposo Kristian llevó a las niñas a la habitación de juegos a jugar. Y ahí es cuando ocurrió… Santa colocó todos los obsequios debajo del árbol, comió sus bizcochos y bebió la leche. Cuando se fue de la casa, dejó la puerta abierta. Creemos que es porque tenía que transportar el saco de obsequios y las zanahorias para su reno.

Después de estar en la habitación de los niños por un rato, en la sala puse en mi teléfono celular el sonido del repique de campanas. Esta fue nuestra señal para correr a la sala y mirar por la ventana, para poder ver cuando Santa abandonaba la casa. Luego comenzó la entrega de obsequios. Se desenvuelven los obsequios “reales” y gritamos “Gracias, querido Santa” bien fuerte. Por supuesto, no quería perderme la oportunidad de retar a Santa por las migas y las manchas de leche que había dejado. Nuestras hijas encontraron esto particularmente gracioso.

Terminamos la noche con una deliciosa cena. Ya que tenemos raíces croatas, pero crecimos en Suiza, ambas culturas se fusionan en la comida de Navidad: Sarma (una mezcla de arroz y carne picada envuelta en hojas de calabaza fermentadas) y pan pita vegetariano (masa fina, enrollada con pequeños trozos de papa) se unen al puré de papas y al pan de campo.